6 de agosto de 2015

QUE DICE PABLO CON RESPECTO AL SABADO

Cambió el apóstol Pablo el mandamiento del sábado?

¿Quién cambió el séptimo día, sábado por el domingo? ¿Fue el apóstol Pablo? Analicemos su ejemplo personal en cuanto al sábado


Algunas personas que se oponen a la actual vigencia del Cuarto Mandamiento reconocen que Jesús guardó el día sábado. Sin embargo, sostienen que lo hizo solamente porque era su deber como judío y argumentan que, más adelante, Él mismo autorizó al apóstol Pablo a omitir este mandamiento en su predicación a los gentiles (personas no judías). Si bien algunos escritos del apóstol son “difíciles de entender” y, por lo tanto, son malinterpretados (2 Pedro 3:15-16), el ejemplo personal de Pablo en cuanto a la observancia del sábado es bastante claro.

La costumbre continua del apóstol Pablo

Siendo hijo de un fariseo, y habiendo sido él mismo un fariseo devoto antes de su conversión al cristianismo (Hechos 23:6; 26: 5; Filipenses 3:5), Pablo acostumbraba guardar el sábado cada semana. Este hábito continuó siendo parte de su vida luego de su conversión.
Cuando el apóstol viajó a Tesalónica y supo que había una sinagoga en esa ciudad, “Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos, declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo” (Hechos 17:2-3, énfasis añadido). Notemos que dice que Pablo “acostumbraba” guardar el sábado, lo mismo que Jesús (véase también Lucas 4:16).
Así mismo, Lucas escribe que Pablo “…discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos”, cuando se encontraba en Corinto (Hechos 18:4, énfasis añadido). Aquí nuevamente vemos que Pablo tenía el hábito de guardar el sábado yendo a la sinagoga “todos” los sábados. Además, el apóstol instó a los miembros de la Iglesia en Corinto a imitar sus costumbres, incluyendo la observancia del sábado, tal como él imitaba a Cristo (1 Corintios 11:1). El cristianismo de Pablo no difería del que Cristo enseñaba y practicaba.
En Antioquía, había un grupo de gentiles que querían escuchar la palabra de Dios, y Pablo los citó para el sábado siguiente: “Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el siguiente día de reposo (el sábado) les hablasen de estas cosas. Y despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé; quienes hablándoles, les persuadían que perseverasen en la gracia de Dios. El siguiente día de reposo (el sábado) se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios” (Hechos 13:42-44).
Si Dios hubiera abrogado la observancia del sábado para los gentiles, entonces Pablo podría haberles predicado al día siguiente.

Los gentiles fueron alabados por ser “imitadores de las Iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea”

Cuando escribió a la Iglesia en Tesalónica, Pablo elogió a los miembros de esta numerosa congregación gentil (1 Tesalonicenses 1:9) por ser “ejemplo a todos los de Macedonia y de Acaya que han creído. Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada” (vv. 7-8).
¿Acaso esta congregación de Tesalónica, ejemplo para las demás congregaciones, dejó de guardar el sábado o siguió el ejemplo de las congregaciones de Judea, compuestas mayormente por judíos, al guardar el séptimo día? El mismo apóstol Pablo responde esta pregunta en 1 Tesalonicenses 2:14, “Porque vosotros, hermanos, vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea”.
Todas las iglesias que se formaron por la predicación del apóstol Pablo, sean de judíos o gentiles, guardaban el sábado. La Sagradas Escrituras demuestran que Pablo no sólo guardaba el sábado sino que además enseñaba a los gentiles a hacer lo mismo.

Iglesia Adventista Del Séptimo Día Asociación del Istmo, Oaxaca, Méx.
Atte. Arreortúa y Fuentes

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